El Batimóvil es uno de los vehículos más emblemáticos del mundo del entretenimiento, ese vehículo lleno de artilugios y tecnología que acompaña a Batman en sus aventuras y que nos hace soñar con estar un día tras su volante y utilizar sus armas y por su puesto, la propulsión a chorro.
Desde la serie de los años 60, protagonizada por Adam West, hasta el imponente Batimóvil art decó de la serie animada de los 90, pasando por el legendario auto de las cintas de Tim Burton, todos los Batimóvil de la historia han tenido lo suyo y han encantado a los seguidores del Caballero de la Noche.
Pero en la más reciente cinta, los productores y el director buscaron darle un giro a este vehículo, eliminando un poco los “trucos” de sus antepasados, para hacerlo un poco más “terrenal”, como si de verdad (un muy joven) Bruce Wayne lo hubiera construido con sus manos, una soldadora y muchas horas de trabajo.
Por ello, el chasis es tubular, forrado con una carrocería metálica (resistente a lo que sea) y un aspecto inspirado en un muscle car.
El motor del vehículo (colocado en el frente) es un V8 LS de origen Chevrolet, aunque el equipo de filmación se encargó de crear con diversas piezas un enorme propulsor falso, colocado en la posición trasera, que en teoría es el único motor del vehículo, y que, claro, lanza flamas por los escapes cuando acelera a fondo. Además, el interior también incorpora elementos que encontraríamos en un muscle car, sin olvidar el ronco sonido que emana de los escapes.